El día declina, ha sido una jornada muy ardua, pero llena de muchos momentos maravillosos al oír al Maestro declarar la Palabra de Dios con una autoridad nunca antes vista, y verlo obrar con tal poder, que no ha llegado algún enfermo ese día que no haya sido sanado o liberado de yugos de enfermedad y opresión. Tal vez estos doce hombres que dejaron todo por seguir al Nazareno, se preguntan constantemente quien es este hombre en verdad y por qué nos escogió a nosotros. La instrucción de Jesús fue clara, adelantarse hacia al otro lado de la ribera. Nadie se atrevió a preguntarle cómo le haría él para llegar, más tarde; solo se embarcaron como se los pidió. No esperaban que seguir a Jesús los pusiera una noche a remar intensamente hasta la madrugada para intentar avanzar contra vientos contrarios.. Y es que nadie espera que después de un tiempo de servir al Maestro, escuchar la Palabra de Dios siendo renovados, fortalecidos o afirmados y ver sus maravillas, en unas horas se encu...