El Espíritu Santo se derrama sobre lo llamado "común o inmundo" Sesión 18 Curso Hechos
¿Quiénes se van al cielo? ¿Los que hicieron más bien que mal? ¿Los que abundan en obras buenas? En la sesión 18 revisamos en el capítulo 10 (ver), cuando el Espíritu Santo abre paso al evangelio hacia los gentiles. El relato comienza con un Centurión romano, hombre devoto, quien oraba constantemente y era generoso con el pueblo judío. Cualquiera pensaría que tenía boleto listo para el cielo. Pero la salvación para la humanidad vino a través del sacrificio de Cristo en la cruz, un muy doloroso costo, pero lleno de amor y gracia para el que decida recibirlo por la fe. Cornelio necesitaba escuchar el evangelio que es poder de Dios para salvación. Por eso en visión un ángel le dijo que mandara por Pedro quien le diría lo que necesitaba hacer. Pero esta puerta de la salvación a los no judíos, requirió preparar también al mensajero, un judío lleno del Señor pero practicante también de las tradiciones religiosas de los judíos y aún sin comprender el plan de Dios para los gentiles. Pedro tuvo una visión donde un lienzo era bajado del cielo por las cuatro puntas, cargado de animales diversos. De pronto Dios le ordena matar y comer, pero como buen judío responde "no he comido nada inmundo jamás", Más la respuesta divina fue contundente "no llames tu común a lo que yo he limpiado". Mientras digería la visión, los hombres enviados por Cornelio lo buscan. El Espíritu Santo le ordena que vaya con ellos, porque el los había enviado. En el centro del escenario y detrás del mismo es el Espíritu preparándolo todo, rompiendo moldes y colocando las piezas en su lugar. Cuando Pedro llega a Casa de Cornelio les aclarara que aceptó entrar en casa de gentiles porque el Señor le ha mostrado que no llame común a lo que él limpió. Cuando Cornelio le cuenta sobre la visión que había tenido, la mente de Pedro se renueva aún más y reconoce que Dios se agrada de cualquiera en cualquier lugar que haga justicia. Enseguida les testifica de Jesucristo, de su muerte y resurrección, y cuando apenas tomaba impulso, el Espíritu Santo continúa con su agenda y los que escuchaban son llenos del Espíritu y hablan en lenguas, ¡qué escena! llena de la gracia de Dios y que tremenda sorpresa para los judíos cristianos que lo presenciaron. La primera cosecha de creyentes gentiles no es fruto de un programa o estrategia exitosa, sino es la obra poderosa del Espíritu de Dios preparando corazones, derribando argumentos, convenciendo de pecado y derramando su poder, y usando instrumentos que siguen su voz. El entendimiento de Pedro se abrió aún más, para mirar que si Dios les había concedido a estos gentiles el don del Espíritu, cómo podría impedirles declarar su fe mediante el bautismo en agua. Pedro fue un corazón moldeable y enseñable, ingredientes útiles para extender el reino de Dios.
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