Sesión 5 curso Hechos
En esta ocasión el Espíritu Santo nos mostró como el puede tomar a un sencillo pescador nacido de nuevo, y llenarlo de su fuego y su poder, para predicar con tal denuedo y usar su vida para la salvación de una multitud que se quiebra por la obra del mismo Espíritu ante la palabra viva de Dios. En un solo día, se añadieron como tres mil personas y se bautizaron en agua. No es que simpatizaron, o solo asistieron, sino ahora eran parte del cuerpo de Cristo. Esto es avivamiento, no la obra de una gran estrategia eclesiástica. Los creyentes perseveraban (del griego proskareteo: eran constantes, fuertemente asiduos, atendían continuamente) en lo que era importante hacerlo. Eran constantes y persistentes en recibir la enseñanza de la Palabra de Dios por medio de los apóstoles. No puede decir alguien que esta avivado, ni puede haber avivamiento sin hambre por la Palabra viva. Eran constantes y persistentes en la comunión unos con otros y también en el partimiento del pan. ¿Cuántas cosas tan preciosas tenemos en común los cristianos? lavados y comprados con la sangre de Cristo, miembros de la familia de Dios, sellados con el mismo Espíritu, una misma fe y tanto más... Hay una especial bendición cuándo estamos juntos y en armonía. Somos llamados a edificarnos mutuamente y a mirar por los demás... Ellos compartían el pan con alegría y sencillez de corazón, se disfrutaban, se honraban, se preocupaban unos de otros, manifestaban el fruto del Espíritu... y eran constantes en las oraciones. Jesús habló de importunar en oración. Como la mujer sirofenicia soportándolo todo, sin rendirse, hasta que el maestro da la orden y su hija queda liberada por su poder. Y también Jesús dijo de cuándo dos o más se ponen de acuerdo en oración, cosas tremendas Dios puede hacer..
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