Sesión 7 Curso Hechos
En esta sesión el Espíritu Santo nos mostró entre otras cosas que el avivamiento que la primera iglesia vivió alcanzó un poderoso impacto en la sociedad. Maravillas y señales eran hechas por medio de los apóstoles, la gente se asustó de ver la obra tan maravillosa de Dios entre los creyentes, quienes tenían favor con todo el pueblo. Ellos vieron al cojo andar y alabar a Dios. Pedro no perdió la oportunidad del Espíritu para testificarles de la obra de Crito y llamarlos al arrepentimiento. Si ellos lo hacían Dios traería tiempos de refrigerio y recibirían la bendición de hijos de Dios. Mientras tanto, el plan del enemigo comenzó a gestarse por medio de los sacerdotes y lideres religiosos, celosos de que predicaran a Cristo y tuvieran la atención del pueblo. El diablo intentó encarcelar la Palabra de Dios, PERO ya la semilla estaba sembrada poderosamente y una multitud vino a Cristo (cinco mil varones). Luego los interrogaron sobre la autoridad en la que hacían lo que hacían. ¿Por qué preguntan eso? ¿Por qué mejor no se gozan por el milagro? Estaban protegiendo sus intereses. Pedro respondió que lo hacían en el nombre de Jesús de Nazaret y enseguida comenzó a predicarles con tal denuedo, que los tenía boquiabiertos, sin comprender como estos hombres sin estudios, sin letras, comunes y corrientes podían hablar con tal sabiduría y autoridad. Pero sobre todo reconocíeron que habían estado con Jesús. Como dijo Pablo llevamos el olor de su conocimiento... Qué hermoso que nos reconozcan como gente que ha estado y caminado con Jesús, por nuestro hablar, por nuestro vivir, por el poder y la autoridad que recibimos. Quisieron entonces intimidarlos para frenar la Palabra, pero ellos con toda valentía del Espíritu les dijeron a esos que se creían sabios, que juzgaran si era justo obedecer a Dios antes que a los hombres. Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. No permitamos la intimidación del enemigo, más son los que están con nosotros y avancemos por el Espíritu en extender el Reino de Dios.
Comentarios
Publicar un comentario